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viernes, 19 de febrero de 2016

TÚTUGI Y SU NECRÓPOLIS

Dama de Galera
Imagen procedente de Wikipedia

En la antigua Bastetania, que se corresponde aproximadamente con A. Oriental, existía un buen número de ciudades importantes con una cultura común, una de ellas era Tútugi, situada en la actual Galera.

Situación aproximada de la Bastetania,
 como se aprecia coincide aproximadamente con lo que es A Oriental.

Galera es una localidad española situada en la provincia de Granada, en A. Oriental, correspondiente a la antigua Tútugi, población bastetana del periodo ibérico. Tútugi logró la calificación con los romanos de República Tutugiense, con categoría de municipium, solo inferior a las colonii como Acci (Guadix). Sus restos se hayan situados en el Cerro del Real, lugar elevado y de fácil defensa. Estos núcleos de población solían estar rodeados de murallas y situados en rutas de comunicación. En época romana la ciudad se enriqueció con nuevos monumentos como un templo expoliado en los últimos cien años.
En los alrededores de Tútugi, aprovechando su vega y río, se situaban explotaciones agrícolas y ganaderas en las que trabajaban los sectores más humildes de la población. También se han encontrado los restos de un alfar bastetano.

Pintura en donde se representaron los trabajos agrícolas,
realizados por los sectores más desfavorecidos de la población

Localización de Tútugi y su necrópolis con los tres sectores.

Zona donde comienza la necrópolis o "ciudad de los muertos" traducido de forma literal.


La necrópolis de Tútugi

Tútugi posee una importante necrópolis iniciada en el siglo V a. de Cristo alcanzando su máximo esplendor posiblemente en los siglos III y II a. C.  Alberga distintos tipos de tumbas subterráneas, más de 150, la mayor parte de grandes dimensiones, por tanto representa a nivel nacional una de las muestras más extensas y significativas de la Cultura Ibérica. Fue estudiada por el ilustre arqueólogo Juan Cabré a principios del siglo XX. El tipo de tumba más abundante es el que consta de una cámara cuadrada o rectangular cubierta por un techo plano generalmente, a la que se llega a través de un largo pasillo, cubriéndose el conjunto con un túmulo circular a base de tierra, pero que puede tener elementos de refuerzo de distintos materiales. En estas se han hallado abundantes y ricos ajuares funerarios formados por adornos personales, vasijas griegas e iberas, armas, figuras de barro y de alabastro, que suponen una fuente de conocimiento de primer orden sobre la Bastetania.

La necrópolis abarca una extensión de unos 1500 metros en sentido Este-Oeste y 800 metros Norte-Sur frente al actual pueblo de Galera, estando dividida en tres zonas:

Zona I
Es la más extensa, contiene los túmulos más monumentales que alcanzan los 20 m de diámetro y hasta 5 m de altura, éstos están rodeados de túmulos menores que pertenecerían a clientes o servidores del noble al que pertenecería el gran túmulo central como ocurre en la Necrópolis de Baza.

Zona II
Esta zona alberga túmulos más pequeños que la anterior, pero con ajuares de gran importancia.

Zona III
Los enterramientos de esta zona son muy sencillos, ya que la mayoría consistía en una oquedad revestida de yeso donde se depositarían las cenizas del difunto. En la parte superior sí se puede encontrar un túmulo de gran tamaño, y es posible que se encuentren algunos más debajo de tierra.

El túmulo más importante de los hallados hasta ahora es el número 75, con 20 metros de diámetro y una altura de casi 5 metros. La sala funeraria es de planta cuadrada con corredor de acceso, todo ello de sillería, la cubierta consistía en grandes losas de piedra.

Plano de la antigua excavación.

Tumba con restos de una cenefa de color rojo





Ménsula de una de las tumbas expuesta en el Museo Arqueológico Nacional.
Nótese la perfección del trabajo en piedra.

Maqueta del túmulo 75.
Museo Arqueológico Nacional



La ceremonia funeraria
El difunto era ungido con aceites sagrados y perfumados y colocado en una pira crematoria con sus vestimentas y, si eran guerreros, con sus armas inutilizadas dobladas y aplastadas para evitar que otro las usase. Las cenizas del difunto se introducían en recipientes de cerámica o piedra y se colocaban en el túmulo junto con las armas inutilizadas, adornos y vasijas que contenían ofrendas diversas.

Ceremonia de cremación.

Recreación del interior de un túmulo con la urna cineraria y las ofrendas.


Los ajuares funerarios

En los túmulos se han hallado abundantes y ricos ajuares formados por adornos personales, vasijas griegas e iberas, armas, figuras de barro y de alabastro, aquí pongo una mínima muestra de ellos.


El pueblo bastetano, como hábil orfebre creó bellas obras de gran finura,
como esta colección de adornos de oro del siglo IV a. de Cristo.
Museo Arqueológico Nacional, Madrid.

Imagen expuesta en el exterior de los túmulos.

Vaso de origen griego representando a Ariadna alada


Vasija ática similar a las de Cástulo, encontrada en la sepultura  20 de la zona I.
Se trata de un objeto elaborado en Grecia y traído por comerciantes de la época

Larnake (urna funeraria para contener las cenizas del difunto)
elaborada en piedra caliza pintada, obra de fines del siglo IV a. de Cristo,
encontrada en la sepultura 152 de la zona III.
La urna imita cajas elaboradas en marfil y madera.
 La decoración se inspira en la realizada en Grecia en tonos rojizos.

La dama de Galera

Es la representación en alabastro de la diosa Astarté, fue encontrada en la tumba nº 20 (en la zona I), construida en el siglo V a. C. Es una figurilla fenicia datada en el siglo VIII a. C. semejante a otra encontrada en Cartago, el actual Túnez pero con influencias mesopotámicas por sus formas robustas y egipcias por la estilización en el traje y los cabellos. La diosa está entronizada entre dos esfinges y sostiene un cuenco al que vierte aceite sagrado perfumado por dos agujeros que tiene en los pechos que proviene del hueco interior de cabeza y torso, este aceite se usaba para ungir al difunto, asegurando así su divinización en el más allá. Debido a su carácter de objeto sagrado, pasó por varias generaciones hasta su enterramiento final como parte del ajuar funerario de una tumba regia. La escultura se exhibe por su importancia en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid, donde se puede encontrar esta información, aunque en galera existe una copia idéntica expuesta.





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