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martes, 21 de septiembre de 2021

NINFEO ROMANO DEL RAUDAL DE LA MAGDALENA

Este nacimiento es el origen de Jaén, probablemente usado y urbanizado por los iberos. Alrededor de él, gracias a sus abundantísimas aguas, casi el equivalente a un metro de diámetro, se fue asentando la población hasta formar una ciudad.

Una de las esculturas halladas en las excavaciones del ninfeo de la Magdalena

Los romanos le dieron su configuración espacial se mantiene igual desde el siglo I d Cristo. Se trata de un ninfeo casi cuadrado terminado en semicírculo, con una mina o Gruta que le aporta agua al estanque. En el ninfeo, en griego νυμφαιον y en latín nymphaeum, era un espacio monumental consagrado a las ninfas (diosas menores, ligadas a grutas, nacimientos, fuentes... espacios considerados tradicionalmente como el hogar de una ninfa local) del que se han encontrado esculturas, capiteles, fustes, pedestales y otros restos romanos enterrados en sus ruinas. La fuente abastecía baños, campos y viviendas. En el importante Concilio de Ilíberis  (la ciudad de Granada), Jaén era nombrada como Advinge.



Espacio del ninfeo con réplicas de algunas de las esculturas romanas que contuvo,
las auténticas, encontradas en las excavaciones, se depositaron en el Museo de Jaén.

Togado del ninfeo

El Raudal continuó en uso con los musulmanes para riego de campos, consumo de la ciudadanía y para los 5 baños, incluido el que construyeron  sobre uno romano que hoy podemos visitar, baños romanos que son adaptación de la religión musulmana para limpiar el alma del pecado.

Tras la Reconquista, la fuente continuó en uso. Llegó a estar decorada con frescos que aludían a la Leyenda del Lagarto o Dragón de Jaén (Leyenda del Lagarto de la Malena) por ser tradicionalmente conocida como su guarida. 

En el segundo cuarto del siglo XVII llegó un enorme lagarto o dragón a la fuente que se refugió en la mina, devoraba ovejas y tenía atemorizada a la población. Sobre su origen y muerte hay varias leyendas, una de ellas ha dado origen al dicho “ojalá revientes como el lagarto de Jaén” por haber sido engañado por un preso para que tragase un barril de pólvora mezclado con panes que estalló en su interior.

Fuente del lagarto de la Malena.

Posteriormente, a la fuente se le hicieron varias modificaciones, una de las más destacadas fue la efectuada entre 1.847 y 1.849, ya en el periodo de la Región Granadina.

Manuel Padilla levantó en la entrada un gran arco de medio punto sobre un entablamento, ambos de sillares de piedra, el conjunto se corona con una gran cartela rematada por el escudo de la ciudad. El arco tiene una enorme cancela moderna que protege un hemiciclo al que se abren varias puertas o ventanas. Tras la cancela se abre un espacio cuadrado rematado por un semicírculo, que contuvo el estanque del ninfeo, estatuas sobre pedestales, recientemente fueron repuestas dos de ellas.